Tenía unas fresas congeladas de cuando estaban en temporada y aproveché para probar esta receta, el resultado me ha encantado, no volveré a comprar mermelada, además es sin azúcar.
Una manera muy rica de incorporar las semillas de chía a la dieta.
Vamos con la receta...
1. Coge una taza de fresas congeladas y déjalas descongelar.
2. Tritura un poco las fresas, yo prefiero encontrarme con trozos pero ésto a gusto de cada persona.
3. Añade la cucharada de sirope de ágave y de semillas de chía.
Si te gusta muy dulce añade más sirope de ágave.
4. Remueve bien.
5. Pásalo a un tarro de cristal y mételo en la nevera como mínimo dos horas.
Puedes utilizar fruta fresca, pero añade un poco de zumo de limón para que no se oxide y se ponga fea, y más sirope de ágave.
Si al triturar la fruta el resultado queda muy denso, pon un poquito de agua.
Y ya tienes tu mermelada de fresas lista, más fácil imposible!
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