Hay un montón de recetas de LECHE DE AVENA diferentes, yo os traigo mi favorita, nada de cocer la avena, todo crudo, con un sabor suave y un precio muy asequible, un litro de leche de avena ecológica por unos 50 céntimos.
Llevo bastante tiempo variando esta receta: variando las cantidades de avena, la proporción de avena y agua, añadiendo más ingredientes..., hasta que encontré la que más me gusta. En otras recetas se utiliza agua caliente o se cuece la avena, a mí el resultado no me gusta, prefiero hacerla con agua fría.
Vamos con la receta...
1. Pon los copos de avena a remojo con bastante agua durante como mínimo 2 horas, también puedes dejarla de la noche anterior.
2. Cuela la avena.
3. Con una cuchara aprieta la avena para quitar toda la cantidad de agua y mucílagos posible.
Cuando la avena se moja suelta unos mucílagos, que son la fibra de la avena, y que hacen que cuando la avena se calienta se espese, está genial si queremos hacer un porridge o gachas de avena pero no es el caso, así que los retiramos en la mayor medida de lo posible.
4. Pon los copos de avena escurridos con medio litro de agua en la trituradora, robot, Thermomix... y tritura durante unos 30 segundos a máxima potencia.
5. Cuela la mezcla con un colador de malla fino.
6. Con una cuchara ayúdate para estrujar los restos de la avena y sacar todo el líquido posible.
Debemos repetir los pasos 5 y 6 unas 3 veces, parece un rollazo pero se hace muy rápido, sólo lleva un par de minutos. Tambień puedes utilizar un paño, como en la receta de la leche de almendras, en vez del colador y hacer el proceso una sóla vez.
7. Añade el resto del agua y de los ingredientes y mezcla o puedes volver a ponerlo en la trituradora y mezclar ahí. No te olvides de la pizca de sal, le da mucho sabor.
Pásala a una botella de cristal y guárdala en la nevera. Aguanta unos cinco días.
Esta receta no lleva ningún emulgente, con lo que cuando la leche reposa, las partes más densas se van al fondo y arriba se queda un agua de color amarillento, no pasa nada, es normal, mezcla todo bien y verás como ya adquiere su textura y color habitual.
Para cocinar, para mi gusto, la reina sigue siendo la leche de almendras, pero la casera no, la comprada. No entiendo el porqué, pero todas la que he encontrado hasta el momento llevan un montón de azúcar o endulzantes y para cocinar platos salados no me gustan.
Pero la leche de almendras tiene el inconveniente de que sólo aguanta en la nevera 2 o 3 días, con lo que yo la hago para cocinar platos en concreto y después para mi día a día utilizo la leche de avena.
La utilizo sobretodo para los batidos verdes, les da una textura que me encanta, y también en el café y con algarroba o chocolate. Es una alternativa sana, rica y económica.
Hola!¿no te cae pesada cruda?¿te animas a pasarmee una receta donde la cocinen?.¡Muy útiles tus recetas!¡gracias!
ResponderEliminarHola Marcela!! Pues a mí esta leche me sienta genial, me resulta muy digestiva.
EliminarLa verdad es que no he encontrado ninguna receta con la avena cocinada que me convenza así que no puedo pasarte ninguna :(
Gracias por tu comentario y tus palabras!!!